Como en casa: Capítulo 7


Rindiéndose

—¿Solo naranjas? —Heechul dijo examinando la tercera y última –improvisada– bolsa de tela, sobre el comedor.
—Íbamos a traer pescado pero Siwon se opuso.
Siwon frunció el ceño viendo a Yunho entrar en la cocina, e indignado levantó los brazos. —¡Estaban vivos! No iba a cargar con una cubeta llena de agua y peces. No en mi auto y no si todavía respiraban.


—Era un lindo gesto de las personas para darnos las gracias, pero él no lo acepto —Yunho continuó dejando en la mesa una vasija de plástico donde comenzó a vaciar las naranjas.
—Lo haces sonar como si hubiera hecho la grosería de rechazarlos, solo les dije que no era necesario y que con la fruta bastaba. De todos modos no íbamos en busca de recompensa. —Siwon sujetó el respaldo de la silla frente a él y la alineó a pesar de que prácticamente ya lo estaba—. ¿Dónde está Changmin? —Cambió el tema.
—Todavía no llega —Heechul dijo codeándole el brazo—. Ya supe lo de su cita, ¿a dónde irán?
—Aún no lo sé —respondió encogiéndose de hombros—. En realidad me tomó tan de sorpresa que aceptara salir conmigo, que ni siquiera tengo planeado nada.
—Es que por fin se compadeció de ti —declaró Yunho entregándole cuatro naranjas—. Esta es tu parte.
—Tacaño —siseó Siwon.
—Tenemos al mejor maestro en casa —Heechul murmuró apuntando hacia la segunda planta—. Un experto en el ahorro de todo tipo de recursos.
—Uhm, un avaricioso —Siwon declaró acariciando su barbilla—, suena sexy.
Heechul resopló con incredulidad al oírlo referirse a Jaejoong de esa manera. —¿Sexy eso?, quizás por fuera te lo parezca pero por dentro no es más que una fea persona.
—Yah, no hables así de quien deberías estar agradecido porque te deja tener un techo bajo el que puedes dormir —Yunho replicó viendo a Heechul y luego se giró con Siwon colocando una naranja sobre las otras que llevaba en sus manos—. Y tú, ten una extra y vete a tu casa.
Siwon torció los ojos pateándole el pie antes de caminar a la puerta. —Hablando de personas feas. Cuando seas tú el que me visite te voy a correr de la misma forma. El próximo año verás si vuelvo a acompañarte a tu dichosa campaña de salud, lo único que obtengo de ti es ingratitud. Con el tiempo te has vuelto más déspota y…
Yunho sacudió sus brazos en el aire haciendo caso omiso de la voz de Siwon cada vez más tenue hasta que desapareció luego de que él salió.
—Me daré un baño y después dormiré —Le indicó a Heechul—. Me despiertan para la cena —Rodeó la mesa desplazándose hacia las escaleras.
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Jaejoong repasó el manual de bebidas y cocteles que Hyunjoong le había prestado, mientras peinaba su cabello frente al espejo de su baño privado, esa era la ventaja de su habitación. Y aunque este era pequeño en comparación con el otro de la casa, no tenía que compartirlo con nadie.
El día de hoy se celebraría la competencia por el puesto, dos horas antes de la normal apertura del establecimiento. Toda la semana se había asegurado de que se sabía de memoria las recetas más comunes que según Hyunjoong y Woohyun –el otro barman– le dijeron que era probable que le pidieran hacer, pero por supuesto con el señor Ahn nunca había que confiarse.
Abandonó el baño alisando su pantalón y camisa, y se puso enseguida su gabardina. Metió en su mochila la libreta de Hyunjoong y se dio un último vistazo en el espejo. Su reflejo le recordó la confusión de Junsu respecto a su profesión, tal vez si fuera un bailarín gogó le traería más diversión y dinero de lo que obtenía siendo camarero, pero ya era muy tarde para intentarlo.
Aspiró y exhaló antes de salir de su recámara, topándose con Yunho en el pasillo, quien andando descalzo, usando una camiseta de tirantes y una floja bermuda, sacudía su cabeza con una toalla azul. —Hola —Yunho saludó sin dejar de secar su pelo.
Jaejoong se limitó a asentir, ahogando la palabra ‘volviste’ dado que era obvio que lo había hecho y tampoco encontraba algo más para decir.
—¿Ya te vas a tu trabajo?
—Si —respondió ajustando el tirante de su mochila en el hombro, dando un paso al frente.
—Que te vaya bien.
—Gracias —Jaejoong musitó bajando el primer escalón, apresurándose para llegar a la primera planta y sin mirar atrás se marchó.
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Changmin observaba su celular en mano como si este tuviera algo inusual. Buscando un adecuado y convincente pretexto para cancelarle a Siwon, cuando desafortunadamente no existía ninguno. Y estando a quince minutos de verlo, mucho menos.
Aún tenía fresca en su memoria la conversación telefónica que tuvo con él, y no entendía en qué momento su garganta decidió soltar ese ‘si’ que ahora lo tenía tan nervioso. «¡Tan solo es Siwon hyung!», pensó.
Los días en los que él y Yunho habían permanecido alejados de la ciudad por la campaña de salud, Changmin fungió como el puente de comunicación entre los demás de la casa, porque extrañamente –como ellos argumentaban–, solo a su celular entraban las llamadas y por lo regular Yunho solo decía unas cuantas palabras, cediendo después el teléfono a Siwon con el que tenía una más larga charla.
En una de esas noches el tema de salir juntos surgió y Changmin se sorprendió a sí mismo al aceptar hacerlo en cuanto ellos estuvieran de vuelta en Seúl.
Probablemente la última platica con Heechul tuvo un efecto en él, eso y el que Junsu se lo ejemplificara gráficamente el fin de semana anterior. Definitivamente Changmin no era lo que Junsu buscaba, debía ser eso puesto que de los tipos que le conoció, ninguno se le parecía en lo más mínimo, todos eran tan distintos a él. Comprendiendo esto, no había caso en seguir esperando algo que nunca ocurriría entre los dos.
Con determinación se levantó de su cama, sacó una chaqueta de su armario y fue rumbo a la sala.
Lo primero que notó ahí fue a Junsu sentado de lado en el sillón, revisando tres libros extendidos frente a él y uno más en su regazo. Detrás del sofá estaba un cuaderno tirado, así que utilizándolo como excusa, se acercó para recogerlo y captar su atención.
—¿Tuyo? —preguntó agitándolo delante de su rostro.
—Si —La mano de Junsu aprisionó el cuaderno dándole un suave tirón hacia sí, rápidamente regresando la vista en los libros.
Changmin permaneció en ese lugar, recargándose contra el respaldo del mueble y fijándose en los barrotes del pasamano de acero, sintiéndose incomodo ante Junsu, porque por varios días ninguno de los dos había pronunciado más de tres palabras para el otro. Al principio Changmin había estado molesto con él pero ahora que ya no era así, no sabía cómo romper el hielo entre los dos.
—¿Tienes planes para hoy? —Finalmente soltó.
Junsu dio un largo suspiro frotándose los ojos con ambos puños. —No interesantes, adelantar clases, preparar guías y cosas así.
—Oh.
Y el silencio se instaló de nuevo. Changmin rió en su interior cuando estuvo a punto de invitarlo a que fuera con él y Siwon. «¿Cuán débil puedo llegar a ser con él?»
El zumbido y desgastado sonido del timbre llegó a sus oídos sacándolo de sus pensamientos, miró la hora en celular y respiró profundo al enderezarse. —Nos vemos más tarde —dijo mientras avanzaba hacia la puerta.
Estando afuera contempló el portal por un momento para luego continuar su camino. El golpe metálico y el rechinido que le siguió a este, sirvió para que Siwon retrocediera dándole espacio a Changmin para salir.
—Hey, me alegra que no tuviera que oprimir otra vez ese timbre, casi me electrifico al hacerlo. Alguien debería repararlo.
Changmin sonrió cerrando la puerta, amarrándose después la chamarra de mezclilla en su cintura. —La cuestión es que eso nos ha salvado de vendedores. Heechul hyung dice que teniendo esa arma blanca nos ahorra el inservible recorrido solo para decir, ‘no gracias’.
—Buen punto —Siwon declaró entregándole un casco negro con torcidas líneas rojas y grises—. ¿Te gustaría ir a algún sitio en particular? —inquirió ajustándose en sí mismo, uno amarillo con patrones de serpientes negras.
—No, cualquier lugar está bien por mí, aunque un billar sería una buena opción —Changmin contestó subiéndose en la motocicleta terminando de abrocharse el casco, asegurándose de dejar suficiente espacio para Siwon.
—Al billar será entonces —Con presteza Siwon se acomodó en el asiento, girando la llave haciendo que el ruido del motor vibrara bajo ellos—. Sujétate —indicó en alto antes de ponerse en marcha, confirmando por el retrovisor derecho que Changmin se agarró de la parrilla en la parte trasera antes de arrancar.
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Incapaz de concentrarse, Junsu cerró abruptamente sus libros y los apiló dejándolos sobre la mesita del café. Solo habían pasado quince minutos desde que Changmin se fue y él ya se sentía ansioso como si hubieran sido horas y no supiera donde estaba, aunque realmente no lo sabía, pero teniendo en cuenta de que Siwon lo acompañaba, tampoco deseaba saberlo.
El que fuera un sábado y apenas el mediodía, auguraba que le restaban las suficientes horas para aburrirse y preocuparse por cosas de las que nada podía hacer al respecto. Él podía permitir que avanzara el tiempo mientras estaba ahí obsesionándose con imágenes mentales, o podía buscar algo más que hacer.
Eligiendo lo segundo, subió hacia su habitación y tomó su laptop guardada en el maletín que siempre cargaba para sus clases. Envolviéndolo con ambos brazos en su pecho, se dirigió al cuarto de Jaejoong donde tocó la puerta para enseguida abrirla.
—¿Hyung, estas… ocupado? —Junsu acabó murmurando su pregunta al encontrarlo sentado en una silla alzando y bajando dos pesas de mano.
—No mucho —Jaejoong dijo sin detener las flexiones de sus brazos—. Pasa.
Junsu asintió entrando sin cerrar la puerta. —¿Cuándo termines tu ejercicio, quisieras ver una película?
—Me gustaría, pero la verdad es que hoy debo llegar temprano a mi trabajo —habló poniendo más fuerza en el levantamiento.
—Ah, ya veo —La decaída expresión de Junsu duró un segundo hasta que recordó el otro asunto por el que tenia curiosidad—. ¿Cómo te fue ayer?
Jaejoong mordió la punta de su lengua arrepintiéndose de haberle contado a Junsu sobre la posibilidad de ocupar el puesto de bartender vacante. Ahora tendría que escuchar las alusiones lastimeras que le otorgaría por su fracaso.
—No lo conseguí —soltó viendo de inmediato la sonrisa de simpatía en la cara de Junsu.
—Bueno si no es ahí será en otro lado, sino, ya habrá mejores oportunidades.
—Supongo.
—Entonces, uhm, te dejo para que continúes con eso que haces —Con una mano Junsu señaló las mancuernas, sujetando su computadora con el otro brazo comenzando a retirarse.
Una vez en el pasillo, suspiró por dos razones, una que se libró pronto del momento incomodo de no saber que decir para animar a Jaejoong y dos, que la idea de ver una película estaba descartada, puesto que a él le agradaba comentar y estando solo, no tenia con quien hacerlo.
Contempló la recámara cerrada de Heechul y luego abatido regreso a la suya. Si Heechul la tenía así era porque o no deseaba ser molestado o dormía, cualquiera de las dos era un clara advertencia de “aléjate”.
Sin a quien acudir, se dejó caer en su cama rebotando en el colchón junto con su notebook a unos centímetros de su cabeza. Como una maldición Changmin y Siwon volvieron a aparecer en sus pensamientos concluyendo que si, definitivamente ese sería un largo y abrumador día.
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Yunho vagó sus ojos alrededor de la oficina de Kyeonghwa, la casa de sus padres era tan grande, que ella podía darse el lujo de tener su propio espacio al igual que su padre lo tenía en el ala contraria de la propiedad.
En las paredes y muebles de la habitación, retratos de ella sola o con su familia estaban repartidos abarrotándola casi por completo, y solo al extremo del escritorio, uno doble enmarcaba dos fotografías de ellos, donde en una de estas posaban abrazados envueltos en un paisaje blanco y en la otra se mostraban sonrientes mientras que señalaban el desayuno en sus platos. Ambas eran de la misma ocasión, el viaje relámpago a Japón durante el pasado invierno.
Él recordaba varios detalles de esos días, los cuales habían sido sugeridos por ella para descansar de la apretada agenda de ambos. De cualquier manera se vio obligado a seguir con el arduo itinerario que ella planeó.
Examinando las imágenes, Yunho se cuestionó si alguna de las cosas que hicieron en esas cortas vacaciones, fue sugerida o deseada por él. La respuesta fue un rotundo no. Incluso la manera en que ambos se sostenían para que la cámara los captara, fue deliberado por Kyeonghwa, porque según ella, así podrían mostrarle a los demás la linda pareja que formaban. Y en realidad a Yunho no le molestaba complacerla con ello. Al fin y al cabo se suponía que amar es encontrar en la felicidad de otro, tu propia felicidad. Precisamente lo que él se proponía lograr con Kyeonghwa, o al menos eso quería.
Sabía que esa era su forma de ser, lo supo desde que la conoció en el hospital.
Había sido Kyeonghwa la que se presentó cuando por tercera vez coincidieron en el dispensador de agua del pasillo que conectaba el área de pediatría y la de ginecología y obstetricia –su especialidad–. Ella fue quien le propuso que cenaran juntos. La que propició el primer beso, cuatro citas después, y casi podía jurar que igualmente quien decidió cuando formalizar su relación, aunque sin hablarlo los dos dieron por hecho que la tenían.
Tacones resonaron a no mucha distancia provocando que Yunho diera vuelta en la silla giratoria que ocupaba, al tiempo que Kyeonghwa entraba en la habitación.
—Perdón por la tardanza —Ella mencionó deteniendo a Yunho por los hombros cuando este hizo el amago de levantarse—. ¿Qué tal estuvo la campaña? —enunció luego de darle un beso en la mejilla, limpiando con sus dedos el rastro de labial que quedó en la piel.
—Muy bien —Los labios de Yunho inevitablemente se curvearon en una sonrisa.
—Te extrañé —confesó escudriñándole el rostro.
—Quizás la siguiente vez deberías ir, nunca sobra la ayuda.
Kyeonghwa caminó por detrás de su escritorio deslizando una mano por los estantes de libros y revistas de medicina. Empujó uno que otro ejemplar, dejándolos perfectamente alineados. —¿Podríamos ir a un restaurante mañana por la noche, o ya tienes un compromiso? —replicó descartando el comentario de Yunho.
—Ninguno, claro que podemos.
Aún dándole la espalda, Kyeonghwa asintió, enderezándose antes de hacerle frente. —Entonces si no te importa, podrías venir por mí como a eso de las siete. No sabía con certeza si te vería hoy, así que hice planes con unas amigas y…
—Oh, está bien, platicaremos mientras cenamos —Yunho le aseguró poniéndose de pie—. Divierte. Mañana aquí estaré a las siete en punto.
Un indicio de una sonrisa apareció en la cara de ella al recibir un apretón en sus manos por parte de Yunho, pero se desvaneció totalmente cuando este se retiro sin más.
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Jaejoong verificó que la orden que acababa de darle al nuevo mesero estuviera correctamente registrada. Su poca paciencia en la enseñanza se vio ligeramente forzada ya que aparentemente el chico nuevo aprendía rápido.
Odiaba que precisamente él tuviera que ser el encargado de la capitación de la persona que desde la próxima semana sustituiría a Johnny, el ahora barman.
La noche anterior en el concurso, ambos resultaron empatados, a pesar de que Yongup –o Johnny como él se hacía llamar– se equivocó y titubeó en todas las preparaciones de las bebidas que le pidieron, logrando cada una al segundo intento.
A Jaejoong le sucedió lo mismo solo en una, y eso basto para que el señor Ahn decidiera no otorgarle el punto extra para ganar.
“El carisma de Johnny atraerá más clientes a la barra y por ende, mas consumo por parte de ellos”. Esas fueron las palabras textuales que el hombre utilizó en cuanto nombro al vencedor.
«Claro, Yongup es un calientapenes profesional, sin duda que los atraerá», Jaejoong siseó en su interior. Desde el primer minuto en que lo conoció lo detestó al igual que la gran parte de los empleados del lugar, los que no se rendían ante sus falsos-coqueteos-convenencieros.
Y es que para no variar, Johnny se salió con la suya. Estaba seguro de que sus alardeos se incrementarían con el triunfo agregado a su ya de por si inflado ego. Un consuelo habría sido zafarse del cotidiano trato que tenían, pero por desgracia ese también aumentaría.
—Si me equivocó o el cliente cambia de parecer, ¿qué tengo que hacer? —El chico a su lado le preguntó, arrimándosele para mirar lo que oprimía en la tableta.
Antes de enseñarle, Jaejoong echó un vistazo a donde Hyunjoong también se encargaba de dar lecciones a su inexperto compañero, y como si estuvieran en sintonía, sus miradas se cruzaron haciéndolo reír por el gesto de hastío que el otro le dio.
Por lo visto, eran dos los que no estaban contentos con la decisión.
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Changmin era un poco mejor que un novato en el billar, generalmente perdía cuando competía contra sus amigos pero tampoco lo hacían trizas mientras eso sucedía.
Le gustaba jugar, aunque no era su fuerte. Sabía calcular distancias, le gustaba trazar jugadas en su mente y conseguía bloquear esta, en ambientes distrayentes. Sin embargo, su técnica no era buena. Allí era donde entraba Siwon.
Siwon tenía dos pasatiempos favoritos, bailar y jugar billar. En ambas actividades era bueno. Al notar la falta de habilidad en Changmin, automáticamente se ofreció en ayudarlo a pulirla, argumentando que este tenía un desaprovechado talento innato.
Por quince minutos Changmin hizo caso de los consejos de él, aprendiendo valiosos trucos con ello, pero en el momento en que Siwon trato de rectificar la manera en que sostenía el taco, Changmin supo que las intenciones del hombre iban más allá de instruirlo.
El viejo truco, pegarse al cuerpo de otro, aferrarse a la mano de este y ejercer presión en las partes bajas. Todo un clásico que Changmin reconoció en un santiamén, y del que fácilmente pudo librarse disfrazando un codazo en las costillas de Siwon, con el simple movimiento de frotar la tiza en la punta del taco.
Entonces el coqueteo se tornó sutil. Después de eso decidieron ir a comer, donde Siwon no desistió hasta que Changmin aceptó en su boca un pedazo de carne que le ofreció con su propio tenedor. Eso fue a lo máximo que llegó al atardecer.
Su último recurso fue su departamento, con el que por segunda ocasión Changmin lo impresionó al acceder conocerlo, sin esforzarse para convérselo. Él había lucido tan renuente en todo el día, que Siwon quiso descartar la idea de proponérselo pero ya que no existía nada por perder, lo hizo.
Changmin aguardaba porque Siwon terminara de preparar café, a él ni siquiera le agradaba tomarlo, no obstante dijo que si cuando se lo ofreció. Quizás eran sus nervios lo que le animaban a continuar con lo que fuera tan solo para prolongar su estadía juntos, puesto que se negaba a fracasar en su intento por establecer su interés en un objetivo viable, tal como lo era Siwon.
—¿Donde lo prefieres?
Changmin sacudió su cabeza pretendiendo aclararla, ya que las palabras de Siwon le daban a entender una cosa pero la connotación con la que fueron dichas, otra. Para cerciorarse decidió preguntar: —¿Qué?
—El café —Le contestó sonriendo—. ¿Dónde? ¿En la mesa o en el sillón?
—Oh, en realidad quisiera agua —dijo Changmin secando las palmas de sus manos en las rodillas, librándose con esto de la comezón en ellas—. Y la tomaré aquí —agregó ampliando los ojos un segundo después para rápidamente especificar—: el agua, puedo beberla aquí sentado.
—Ok —Siwon asintió todavía sonriendo. El ruido de cristales se escuchó y luego él emergió de la cocina con una taza humeante y un vaso transparente—. Agua simple.
—Gracias —Changmin recibió el vaso con las dos manos, lo acerco a sus labios pero no llegó a beber de este.
—Si deseas otra cosa, no dudes en pedirlo —Siwon ofreció dándole una palmada en el brazo—, lo que sea —añadió.
Instintivamente Changmin dobló su brazo hacia atrás para rascar su nuca, tomando de un solo trago, más de la mitad del agua.
—¿Así que, fue placentero salir conmigo?
—Sí, uhm, ya hacía tiempo que no iba al billar.
—Podemos ir otra vez cuando tú digas —Siwon dijo poniendo su intacta taza en el suelo, reduciendo el espacio entre ellos—. Estoy enteramente a tu disposición —expuso inclinando su cara buscando la de Changmin.
—¿Hyung, esos de ahí son tus papás? —Changmin habló levantándose abruptamente, yendo hacia el cuadro en uno de los entrepaños de la esquina del centro de entretenimiento.
—Sí —Siwon afirmó rodando los ojos al recoger su café—. Fue tomada en la fiesta de mi graduación.
—Oh, ¿está es de cuando estudiaban? —inquirió al ver otra imagen donde Yunho y Siwon aparecían recargados en un pasillo vistiendo batas blancas.
—Mi primer día del servicio social —explicó colocándose detrás de Changmin—. Tengo más fotos en mi habitación, ¿quieres pasar a verlas?
Changmin sintió la respiración de Siwon golpear en su oreja, y la intimidación se apoderó de él. —No, hyung yo creo que, ya es tarde —declaró mirando hacia la ventana esperando señalar la oscuridad de afuera pero se calló al encontrar una cortina tapando—. Me alegró que saliéramos juntos, deberíamos arreglar algo así con los demás —comentó dando dos pasos de lado, comenzando a retroceder.
—Sí, suena bien —Siwon declaró forzándose a sonreír—. Luego le diré a Yunho que concuerde algo para todos.
Changmin se deslizó dentro de sus zapatos y agitó su mano jalando con la otra la manija de la puerta. —Nos vemos.
Siwon le dio un gesto también con la mano en tanto sorbía de su café. Mantuvo sus ojos en Changmin hasta que lo dejo solo, entonces suspiró con cansancio y rió por lo bajo.
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Changmin cerró la puerta recargándose en esta, dejando escapar un suspiro y topado su frente en la madera. Estaba convencido de que en ese momento Siwon estaría burlándose de él. Demasiado ridículo su comportamiento al grado de casi brincar por cada acercamiento que se propiciaba. Pero comprobando que no tenía ese tipo de atracción por Siwon y que todo lo que veía de él, lo consideraba tan sexual, era imposible no incomodarse a su alrededor. Aunque que tal vez esa presunción se debía a la influencia de Heechul, quien parecía encontrarle un aspecto lascivo a la mayoría de los acciones de la gente. Tal vez comenzar a alejarse de Heechul sería una buena decisión si quería que sus futuras citas fueran distintas.
Se enderezó estirando sus brazos en el aire bostezando al mismo tiempo. no era tan tarde, quizás si encendía su celular recibiría alguna llamada solicitando su servicio de chofer por quienes a diferencia de él, si aprovechaban sus salidas.
Apretó el interruptor de la luz y la sala se iluminó revelando a un muy dormido Junsu encogido en el brazo del sillón con un par de libros abiertos encima de su regazo y un destapado marcatextos amarillo en su mano.
Changmin se quedó un segundo allí contemplándolo, dudando entre despertarlo sutil o estruendosamente. Se decidió por lo primero, dándole una leve pero incesante sacudida en el hombro. —Junsu —pronunció varias veces en tono bajo.
Los ojos de Junsu se abrieron de a poco, parpadeando hasta que enfocaron la figura delante de él. —Ve a tu cama —Le escuchó decir pero aún somnoliento fue incapaz de pensar con claridad, por lo que solo se dedico a mirarlo arrugando el entrecejo para distinguirlo mejor.
—¿No lo harás? —Changmin preguntó cruzándose de brazos y al no recibir respuesta de Junsu dijo—: Bien, entonces tuércete el cuello si eso es lo que quieres —Dio media vuelta y se marchó.
Junsu se incorporó reuniendo sus cosas con una mano mientras con la otra rascaba su cabeza y se dirigía hacia el piso superior. Haciendo malabares con los objetos en sus brazos se las ingenió para consultar la hora en su reloj de pulsera mientras pisaba el penúltimo escalón, el olvido de que todavía faltaba uno por subir, ocasionó que sus pertenencias salieran volando, cayendo estas con un sonido hueco y un segundo después, él sobre sus rodillas.
—Un día de estos quebrarás el piso con tantas caídas —Changmin comentó estando parado a su lado, ofreciéndole una mano para ayudarle a levantarse—, y tú sabes que Jaejoong hyung es capaz de cobrártelo como nuevo.
—No lo hago a propósito —Junsu musitó soltando la mano de Changmin, frotando luego sus adoloridas rodillas.
—Creí que un mueble se había caído —Changmin se burló yendo a juntar el puñado de lápices y bolígrafos que rodaron hasta el baño.
—Yah —bufó Junsu amontonando los libros para apoyarlos en el barandal de las escaleras, emparejarlos—. Gracias —Le dijo a Changmin cuando este se adelantó para abrir la puerta de su cuarto, permitiéndole ingresar primero.
—De nada —declaró este, colocando en la cama lo que él recogió—. ¿Estarás bien si te dejo solo? —Junsu frunció la nariz al sentarse al borde del colchón, y agitando la cabeza con suficiencia Changmin soltó—: Tomaré tu silencio como un sí.
Junsu alisó el edredón con su mano izquierda en cuanto se quedo solo. Estaba avergonzado por su torpeza, pero más que eso, alegre porque al parecer Changmin volvía a hablarle como si nada entre ellos hubiera ocurrido. Como si el distanciamiento que se sintió en los pasados días de pronto se evaporara y todo regresara a la normalidad.
No sabía qué era lo que lo había propiciado en primer lugar, pero tenía claro que no quería que sucediera de nuevo, porque la frialdad de Changmin era algo que prefería no sentir nunca más.
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Heechul le pagó al taxista y bajó del vehículo pateando el asfalto. Su prometedora cita se convirtió en una arruinada velada. ¿Por qué él recientemente estaba atravesado tan mala racha con los hombres? Parecía como si Junsu le hubiera contagiado de su suerte, aunque sea no fue su pésimo gusto para escoger tipos, eso era un gran alivio.
Resopló mientras rebuscaba en sus bolsillos por las llaves de la casa. —¿Qué delito cometió el pavimento para merecer que le ocasiones surcos con tus pies?
Heechul alzó su mirada encontrándose con Siwon delante de él. —Ser frío y gris —contestó riendo—. ¿Estás esperando a Changmin?
—No, hace rato que él y yo nos despedimos —confesó dándole significado en más de un sentido. Siwon por fin había entendido que entre ellos jamás existiría algo que no fuera amistad, porque sencillamente Changmin tenía nulo interés en él.
—Aún no son ni las nueve —Heechul expuso continuando con la búsqueda de sus llaves. Siwon subió sus hombros hundiendo la cabeza y volteó sus manos dejando las palmas arriba—. Mi cita también fue corta, demasiado diría yo —soltó murmurando una maldición al tirar sus recién encontradas llaves—. No veo nada.
Siwon negó con la cabeza sonriendo por la manera en que Heechul movía su pie en el suelo, como si este fuera un detector metálico con el que pudiera localizarlas. —¡Voilà! —exclamó aluzando con una pequeña linterna enganchada a sus propias llaves—. El día que compre esto, supe que alguna vez me alegraría de haberlo hecho.
Semi-escondido en el corto pasto que crecía en la orilla de la pared, Heechul reconoció su llavero metálico con forma de estrella, se agachó y lo recogió sacudiéndole la escaza tierra que se adhirió a este. —Fue acertada su adquisición —afirmó con media sonrisa de lado—. ¿Y, quieres entrar?
—Nah, bajé a comprar algo e iba de regreso al edificio cuando te vi llegar —Siwon vio a Heechul gesticular una ‘o’ sin pronunciarla—. Ahora yo te pregunto ¿quieres acompañarme?
Heechul jugó con las llaves en su mano meditando al observar el six-pack de cervezas que Siwon dejo entrever en la bolsa de plástico negra que llevaba consigo. —Bueno, pero solo una.
Siwon empuñó su mano derecha y levantó su dedo pulgar en señal de acuerdo, luego se adelantó confiado en que Heechul lo seguiría. Corroborando que así era, redujo la velocidad con la que avanzaba, permitiendo que los dos fueran a la par.
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Junsu despertó el domingo con muy buen humor. El creer que él y Changmin estaban bien de nuevo le había inyectado energía. Estaba tan motivado que le dijo a Yunho que en lugar de comprar comida preparada, él se encargaría de cocinar.
Y debido a que Yunho desconfiaba de la seguridad de la casa cuando Junsu estaba cerca del fuego, ni un minuto se despegó de la cocina mientras este preparaba triángulos de hojaldre rellenos de queso y jamón.
Para cuando los demás bajaron, Junsu terminaba de servir una gran bandeja al centro de la mesa y Yunho ya se predisponía a comer.
—Hey ¿cuál es la ocasión? —Heechul dijo apresurándose para ganarle a Changmin la silla que estaba a punto de jalar para él—. ¿Tuviste una buena noche?
—Algo así —Junsu contestó poniendo en el plato de Changmin tres piezas y una en el de Heechul, con lo que este último arqueó una ceja—. Hyung, ven a sentarte —Llamó a Jaejoong en cuanto lo vio de pie en la escalera.
—¿El olor despertó a todos o qué? —Yunho habló limpiándose la boca con una servilleta.
 —Yo estaba despierto desde hace un par de horas —Heechul proclamó sin dejar de mirar que Junsu llenaba un vaso con jugo para Changmin y otro para él—. ¿Por qué estás dándole un trato especial? —protestó viendo a Junsu pero señalando con su dedo índice a Changmin—. ¿Doble porción y ahora le das de beber?
—Ten —Yunho dijo poniendo otro triangulo de hojaldre en el plato de Heechul—. Servido, ¿uno más, su majestad?
—No, yo no puedo consumir demasiada harina —explicó partiendo el pedazo—. Yo solo quería saber a qué se debía la preferencia.
—No es preferencia, hyung —Junsu aclaró arrimándose en su silla.
—Como sea —Heechul desdeño apoyando sus codos en la mesa.
—No siempre puedes ser el rey de la casa —Changmin dijo sonriendo.
—¿Y quién lo será sino, tú? ¿Él? —Heechul dijo sacudiendo su mano hacia Jaejoong quien sin prestarles atención se dedicaba a comer.
—Deja de envidiarme —Changmin insinuó—. Yo soy más especial para Junsu, de lo que tú lo eres.
Heechul volteó la cara respingando mientras Changmin seguía intentando desvanecer su sonrisa. Tal vez, todavía había esperanza con Junsu.
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Jaejoong salió de su habitación y suavemente cerró su puerta asegurándola con llave. Un par de días atrás había sorprendido a uno de los amigos de Changmin intentando entrar en ella, afortunadamente el seguro estaba puesto y no lo consiguió, pero el chico no se salvó de la furiosa expresión de Jaejoong. Y a pesar de que este murmuró un ‘ups, me equivoque’ antes de irse al lado contrario tocando y entrando en la recámara de Changmin, la molestia no se esfumó.
—¡Changmin! —Le había gritado y el aludido salió disparado de su habitación donde tres cabezas más se asomaron desde el umbral—. ¿Por qué tienes personas ahí dentro? —preguntó en voz baja para que los otros no oyeran—. Creí que fui muy específico al decir que no quería personas ajenas en el segundo piso.
—Es porque a veces doy tutorías, necesito dinero extra.
Jaejoong desvió su mirada hacia los chicos y después la regresó a Changmin. —Dáselas abajo —expuso dirigiéndose a su dormitorio, bastándole solamente su estipulación para dar como concluido el tema.
Eso le sirvió a Jaejoong para hacerle recordar que no importara cuanta confianza le dieran sus inquilinos, él no podía fiarse de su descuidado control sobre sus visitas.
Asegurando la llave en el mosquetón que siempre portaba en la pretina de su pantalón, avanzó por el pasillo deteniéndose por el chiflido que hizo eco en este.
—Ese look merece que yo salga contigo —La inconfundible voz de Heechul resonó, dándole curiosidad a Jaejoong por saber a quién se refería—. Hace tiempo que tú y yo no vamos a ningún lado. Dos solteros en busca de diversión.
Yunho retrocedió dejando al descubierto medio cuerpo mientras reía y se acomodaba su camisa azul de manga larga, dentro del pantalón también de vestir. —No soy soltero y ya tengo un compromiso para hoy.
—¿Con Kyeonghwa? —Heechul guardó silencio un segundo antes de continuar, por lo que JaeJoong supuso que Yunho asintió—. Ella me agrada pero sinceramente si no te cuida, cualquiera podría aparecer en tu camino y hacer que vires la atención hacia esa persona.
La risa de Yunho volvió a escucharse y avanzó perdiéndose de nuevo de vista. —Basta de bromas, será mejor que me vaya o se me hará tarde.
El sonido de escalones siendo pisados a prisa llegó a oídos de Jaejoong, no sabiendo si bajaban o subían, optó por continuar su camino no arriesgándose a ser tachado de fisgón de conversaciones ajenas.
Siguiendo el recorrido hasta la puerta principal encontró el lugar completamente vacío. Afuera el ruido del motor de un automóvil le indicó que no estaba tan despejado como pensaba.
—¿Necesitas un aventón?
Apenas había cerrado, Yunho le preguntó mostrándose de los hombros para arriba a través de la ventanilla abierta de su auto. Jaejoong se limitó a negar con la cabeza.
—Entonces, hasta luego —Yunho volvió a acomodarse en su asiento en tanto el portón de la cochera se apartaba, dejándole el espacio para salir.
Ensimismado, Jaejoong permaneció observando a la puerta corrediza quedando de nuevo en su sitio.
—Hyung, que bueno que te alcanzo —Changmin pronunció a su lado, sobresaltándolo—. Aquí tengo más tarjetas.
Jaejoong le tendió la mano aceptando el fajo de estas agrupadas con una liga, sin examinarlas las echó en el bolsillo de su pantalón. —Gracias por hacerme este favor.
—No hay problema —Jaejoong dijo ajustando su mochila al hombro. Revisó su reloj y a continuación con un leve movimiento de su mano se despidió yéndose velozmente.
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A mitad del trayecto a la casa de Kyeonghwa, Yunho recibió un mensaje por parte de ella donde le decía que los planes habían cambiado y ahora se reunirían directamente en el restaurante que allí le mencionaba.
Debido a que manejaba, Yunho le respondió al mensaje con un simple ‘de acuerdo’.
Al entrar en el establecimiento, sus oídos se llenaron con la música clásica que sonaba en ese momento, el lugar estaba prácticamente ocupado a su máxima capacidad, pero siendo uno de los que más frecuentaba junto con Kyeonghwa, no le fue difícil saber donde ella había preferido sentarse.
Sus ojos vacilaron por las orillas del salón, donde alejados del caos de los meseros que iban y venían, siempre podían disfrutar de un buen rato sin necesidad de alzar las voces para poder escucharse. Y allí estaba ella, luciendo invariablemente elegante, entretenida con su celular en una mano mientras con la otra sujetaba una copa de cristal.
Amablemente una de las empleadas acompañó a Yunho hasta la mesa donde ella lo esperaba, luego de agradecerle, la mujer se retiró.
—Lamento el retraso —Yunho mencionó jalando por el respaldo la silla frente a Kyeonghwa.
Ella sonrió dejando el celular en la mesa, junto al plato ahí colocado. —Está bien, no importa.
—En serio, tuve que dar un gran rodeo porque el trafico…
—Yunho —Kyeonghwa puso su mano encima de una de las de él pero la retiró precipitadamente como si esta le hubiera hecho daño—. De verdad, está bien.
Yunho sonrío desistiendo de su disculpa, después de todo si ella le hubiera dicho desde un principio donde verse, él no habría llegado tarde. —¿Quieres que ordenemos ya o…?
—En realidad, yo…
La explicación de ella se vio detenida por un camarero que aproximándose con una botella, comenzó a servirle a Yunho, vino en una copa. —Yo no pedí esto —Le comunicó.
—Yo lo hice —Kyeonghwa dijo, correspondiendo a la inclinación que el empleado hizo—. Esto no es sencillo —musitó ella sonriendo, recorriendo con la yema de uno de sus dedos el borde de su copa.
—¿Qué? —Yunho inquirió agitando el licor a tomar el cristalino recipiente por el tallo.
—Estar aquí contigo y hablarte.
—¿Eso fue una especie de halago? —Yunho bromeó antes de beber del vino. Ninguna expresión de diversión se mostró en Kyeonghwa.
—Ayer constaté lo que he estado pensado desde que te fuiste. Te soy indiferente —Ella declaró alzando su dedo índice contra sus propios labios para pedirle a él que no la interrumpiera—. Cuando dije que te había extrañado esperaba que dijeras que tú también lo habías hecho conmigo, pero solo sacaste a relucir tu labor social. No me malinterpretes, me gusta tu carácter humanitario, el problema es tu desinterés hacia mí. No estuviste durante una semana y nunca diste señas de que yo te hiciera falta. Un día antes de que te marcharas discutimos, y la próxima vez que hablamos actuaste como si eso no hubiera sucedido. Es como si a lo que tenemos no le dieras relevancia, o al menos no la suficiente.
—Kyeonghwa —Yunho susurró dispuesto a contradecirla pero ella no le dio oportunidad.
—En ocasiones siento que… sé que es inevitable que alguien ame más que el otro, pero me gustaría no sentirme como que esta relación es unilateral. Hace un tiempo ya he venido revalorando lo nuestro. Te quiero, pero no puedo seguir soportando que sea solo yo la que aporte a lo que hay entre nosotros. Por eso estoy terminando contigo.
Pasmando a Yunho, Kyeonghwa se levantó, recogió su bolso de mano y se alejo de la mesa.
—¿Qué rayos pasó aquí? —Yunho murmuró para sí. Estaba desconcertado tratando de acoplar el rompecabezas de información, pensamientos e ideas que anegaban su cerebro. Buscando algo que le diera un indicio del porqué parecía que se había perdido en la conversación.
Con un ademan llamó al camarero para pedirle un café, porque lo que necesitaba era despabilarse y un poco de cafeína le vendría bien. Todo sucedió tan rápido que calculaba a lo sumo habrían transcurrido quince minutos desde su llegada hasta la partida de Kyeonghwa.
De pronto el tono de su celular alertándolo de un nuevo mensaje entorpeció su especulación. Esperezado de que se tratara de ella y con ello hallar respuestas, sacó el teléfono, desplegando el texto en la pantalla.
“Maldito seas, tuviste razón con Changmin, me dejo vestido y alborotado. Ven a verme, hoy es noche de chicos”
La gracia que le provocó el mensaje de Siwon instantáneamente le elevó el estado de ánimo a Yunho. Listo para contestarle que el mismo no estaba en mejores condiciones, deparó en la fecha de recepción que marcaba en la parte final de la pantalla.
Lo pensó por unos segundos pero luego de eso, se puso de pie volviendo a buscar al mesero que lo atendía. No tenía claro lo que debía hacer, pero sí que tenía que apurarse si es que deseaba contar con más posibilidades a donde ir.
Su situación con Kyeonghwa pasó a segundo término en ese momento.
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Jaejoong abrió la puerta de su habitación cubriendo el bostezo que le hizo entrecerrar los ojos. Retirando los tenis de sus pies para empujarlos contra la pared en lo que desabrochaba su abrigo, lanzándolo sobre su cama una vez que se lo quitó. Oprimió el interruptor de luz y de inmediato el foco en medio del techo se iluminó.
Con cansancio fue desechando su ropa quedándose solo con la interior, demasiado agotado para siquiera buscar algo que ponerse para dormir. Colocó las prendas recién descartadas encima del cesto de la ropa sucia y se dirigió a dejar de nuevo su recámara en penumbras. A mitad del camino del apagador, un objeto en su tocador llamó su atención.
Un cupcake decorado con un espiral de crema azul cielo y pequeñas chispas de chocolate estaba situado en la esquina de su mueble. Una delgada y corta vela blanca estaba encajada en el centro del pan y pegada con cinta adhesiva al papel que lo contenía, había una pequeña tarjeta.
Totalmente inmóvil, Jaejoong se mantuvo observando al frente por varios segundos, preguntándose como es que alguien había logrado entrar si él tenía la única llave de la cerradura en su poder. Inusual en él, prefirió dejar la averiguación para después y así acercarse hasta el mueble. Uno de sus dedos rozó el betún dejando algo de esta en la punta, la cual se llevó a la boca. El dulce sabor le hizo sonreír y enseguida desprendió el pequeño rectángulo de cartón para examinar con detenimiento lo que decía.
“Feliz cumpleaños” estaba escrito con una muy mala caligrafía, no tenia firma pero Jaejoong sabía perfectamente de quien provenía. Suspiró agarrando el cupcake y luego de finalmente apagar la luz, fue hacia su cama donde recostado se dispuso a comerlo mientras rodaba entre sus dedos la vela, cuestionándose por qué Yunho se empecinaba en hacerle imposible el ignorarlo.
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—¿No fue tan escalofriante o sí?
Jaejoong miró de reojo a Yunho en tanto bebía de su botella con agua. La escalada a esa pared artificial del rocódromo lo había extenuado, no solo por la fuerza que empleó para subirla, sino por la que empleo para que su extremo nerviosismo no provocara que él se soltara, dejando su suerte únicamente a la soga atada al arnés en su cintura. —Si no hubieras estado jugando con la cuerda y repitiendo, ve hacia abajo, si, no lo habría sido —soltó sacudiéndose la magnesia que continuaba en sus manos.
—Estoy sentido, de alguna manera tenía que hacerte pagar.
Los ojos de Jaejoong se entornaron mientras se sentaba en la banca de la parada del autobús. —Sigues con eso —refunfuñó enroscando la tapadera de su botella y lanzó esta al fondo de su mochila.
Yunho arremango su sudadera y ocupó el asiento a un lado de él. —Todavía no puedo creer que no mencionaras que hoy es tu cumpleaños, de no ser porque tu mamá lo mencionó antes de irnos, por tu propia voluntad no me lo habrías dicho ¿verdad?
—No, pero solo porque yo no lo festejo, es un día común y ya.
—Aun así es injusto—Yunho se quejó haciendo su cabeza hacia atrás para ver el cielo a través de la marquesina.
—Tampoco me digas cuando es el tuyo y estaremos empatados.
No se trataba de una competencia por lo que la solución que Jaejoong le ofreció, sonó tan absurda que Yunho no desistió del tema. —¿Por qué no lo festejas? ¿Por qué le restas importancia a tu propio cumpleaños?
—Es solo un día —repitió consiguiendo un golpe en su rodilla dado por la de Yunho al no soportar su necedad. Jaejoong se empujó quedando pegado en el borde del asiento, respiró hondo y se preparó para hablar del aspecto de su vida que jamás le gustaba tocar—. Mi mamá solía hacer algo por mi todos los años, una pequeña reunión con los vecinos o solamente ella y yo, pero mi papá parecía escoger también ese día para emborracharse más que nunca, me avergüenza decirlo pero él es alcohólico. Así que después de que él hizo el espectáculo de su vida y de la mía, decidí que nunca más le daría el gusto de humillarnos delante de los demás.
—Creí que…
—¿Qué no tenia papá? —Jaejoong sonrió—. Si lo tengo, solo que no sé donde está. Tiende a desaparecer por temporadas, desafortunadamente no se queda así para siempre. Cuando digo esto la gente piensa, ¿cómo puede un hijo decir eso de su padre? Pero es porque ellos no saben lo que es convivir con una persona que la mayoría del tiempo esta ebria, alguien que roba cosas de su propia casa, quien golpea si se le contradice o quien amanece tirado en cualquier callejón. Aprovechamos su última ausencia para cambiarnos de casa, aunque eso no garantiza que no vuelva a encontrarnos, al menos logramos librarnos de él por un buen tiempo.
Yunho absorbió la información comprendiendo porque había concluido que Jaejoong solo tenía a su madre, porque prácticamente así era, nunca había contado con una imagen paterna real. —Pero entonces si él ya no está más con ustedes, no deberías limitarte solo por su recuerdo.
—Tampoco es que podamos darnos el lujo de preparar el gran evento.
—Tengo los contactos, pude haberlo hecho sin gastar nada.
Jaejoong arqueó sus cejas hundiendo sus dedos entre los cabellos de Yunho. —No necesito de eso, pero si en verdad quieres hacer algo por mí, el próximo año puedes regalarme un pequeño pastel, con eso bastara, de todos modos no es que espere la gran celebración, de hecho no espero nada.
—¿Estas haciéndote el mártir para que olvide el que no me lo hayas dicho? —cuestionó Yunho, relajándose por el toque de Jaejoong.
—¿Está funcionando?
—Ni un poco.
Jaejoong torció su boca moviendo su mano para descansar la palma de esta en la superficie de metal, trazando los pequeños orificios de la banca hasta que su pulgar tocó una forma extraña en su pantalón. —Oh —pronunció al notar al mosquetón colgando de uno de los hilos de la tela—. Esto se quedó atorado aquí —dijo desenganchándolo para ofrecérselo.
Yunho lo tomó entre sus dedos y volvió a colocarlo en el centro de la mano de Jaejoong. —Considera esto como mi regalo por tu cumpleaños no celebrado.
—¿Esta baratija oxidada que ni siquiera compraste?
Yunho picó con su dedo el entrecejo de Jaejoong haciéndolo inclinarse. —Oye, lo que realmente cuenta es la intención. Por eso deberás conservarlo como un valioso tesoro.
—Lo haré como si estuviera cubierto de oro —juró riendo mientras lo guardaba en su pantalón y palmeaba este por fuera.
—Bien, entonces para el siguiente tendrás tu pastel.
—Pero si mi padre surge de la nada, promete que no te enojaras si lo arroja contra nosotros.
Yunho lo estudio por un momento y luego se ladeó para recostar su cabeza en el hombro de Jaejoong. —Tú y yo no permitiéramos que eso suceda pero si es así, te prometo que no dejaré que te afecte nunca más.
Jaejoong suspiró entrelazando su mano con la de Yunho y apoyó su mejilla en la cima de la cabeza de él.

18 comentarios:

  1. sii!! te tardaste, estaba espérando con ansias :( gracias por actualizar

    Kyeonghwa al fin termino con yunho, aunque para él le es indiferente, ahora si espero que jae y yunho vuelvan a estar juntos, Aww me gusta el minsu, espero que no tardes mucho en actualizar... sorry por ser tan exigente, es que me gusta mucho esta historia... :)

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    1. :P es que si, de verdad me tarde. Gracias por comentar ^^

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  2. No! Juro que estaba ahorrando para mandar al Caribe a Kyeonghwa y ahora resulta que ya es la ex...
    Cada que haces mención de un cupcake en uno de tus fics a mí se me antoja uno así. Y si haces que los chicos dejen todo y los pones a vender cupcakes? Tal vez así arreglarían sus problemas de dinero.

    Bah! Actualiza cuando quieras, porque ganarle a la flojera esta bien difícil.
    Buenas noches ilz <3

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    1. Dale alas a mi flojera!!

      Esa idea tuya de ponerlos a vender estuvo muy loca XD. Espero que no te gastes esos ahorros que todavía los puedes necesitar. Saludos :D

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  3. Aww lindísimo detalle el de YunHo
    regarle lo q prometio en un momento. pasado...
    te imaginas lo mucho qm alegro de q YunHo ya no esta con la chica esa?? xD
    mil gracias x el cap
    y puedes demorarte todo lo q quieras n.n
    q nosotras esperaremos lo q sea x leer

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    1. :) gracias, ahora con mas confianza me demorare, no te creas XD

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  4. Ais, me ha encantado este capítulo. Sobre todo el detalle del pequeño pastel y la explicación del mosquetón :P Simplemente genial. Y Junsu molesto y celoso es un espectáculo digno de ver, ya era hora de que se comenzara a dar cuenta xD a ver si espabila de una vez y se da cuenta de Changmin...

    Sigo adorando a Heechul :P

    Gracias por compartirlo ^^ me ha encantado como siempre.

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    1. y a mi me encanta que te encante XD

      hasta el próximo ^^

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  5. Hasta que por fin se termino esa relacion entre yunho y la tipeja esa ^_^

    Ya quiero saber que fue exactamente lo que paso para que el YunJae se separara...

    Será que ya Junsu esta empezando a sentir algo por Min????

    Y el SiChul que?? Paso algo entre ellos esa noche????

    Please sacame de estas incognitas..
    Gracias por la actualización

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    1. a mi gusta dejar a la gente con la incertidumbre así que, pico de cera!!

      gracias por comentar :D

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  6. omg por fin algo de sichul,
    haaa Junsu, yo sabia que junsu siente algo por changmin es obvio, aunq igual pobre minn q tuvo q salir con siwon y se sentia nervioso jajajajaja
    lo unico que quiero es al minsu TT^TT
    hoo q binito el gesto de yunho con jae y menos mal lo de la novia jajaja aunq el mensaje de siwon me dio mucha risa xDDD
    NOS LEEMOS PRONTO Y GRAX POR EL FIC
    aqui nueva lectora, aunq lo hago mas por el minsu,pero la historia me ha enganchado ^^

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    1. Ya empezara el minsu, al menos eso creo. Gracias por leer y comentar, saludos...

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  7. bno para yunho mejor ella lo termino...
    JJ y Yunho el pastelito de cumple fue tan Kawai *W* ya imagino sus ojotes ahi todo feliz , Yunho y JJ *W*
    y changmin huyendo de siwon xD me gusta mas el minsu *W*

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    1. ella se harto de que Yunho ni fu ni fa XD

      gracias por comentar n.n

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  8. Wooo me encanto eso del pastel
    fue un gran detalle de Yunho
    espero que tengamos Yunjae pronto
    esta genial el fic...
    gracias por actualizar...!!!!

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  9. aaaaaw Siwon.que bueno que ya captaste.que Junsu no es.para ti....aaaw que.lindo detalle el.de.Yunho

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  10. Que bueno que ya termino la novia con Yunho y es que cuando no quieres a esa persona, no la quieres. Ahora si parece que el. MinSu y el SiChul al fin y.sobre todo esperando con ansia el YunJae.

    Gracias!!!

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