Como en casa: Capítulo 6

Presenciando

Jaejoong acomodó los últimos cuatro vasos que llevaba en sus manos dentro del mueble empotrado en la pared, miró hacia la tarja del fregadero recién desocupada y cerró la puerta de madera, girándose hacia Junsu quien por su parte se encargaba de guardar una pila de platos extendidos.

—¿Por qué cuentan con tantos implementos médicos? Quiero decir, se que uno de ustedes es doctor pero incluso tienen un cojín eléctrico y el botiquín es como si fuera mas una farmacia que meramente para primeros auxilios —Jaejoong exclamó recordando el asombro que se llevo al abrir el armario de Yunho, encontrando en un entrepaño una amplia gama de medicinas y equipo de curación. En ese momento solo se había limitado a poner dentro las frazadas, vaporizador y demás instrumentos que ya no necesitó cuando su estado de salud mejoró, pero mantuvo la curiosidad desde entonces.
Junsu sonrió ligeramente virándose hacia él y pasó sus dedos por la parte posterior de su cuello. —Yunho hyung solo quiso asegurarse de que todos contáramos con lo necesario para cualquier imprevisto —La realidad era que sus continuos accidentes habían acrecentado la serie de productos que Yunho almacenaba dentro de una caja de plástico trasparente, pero eso era información que Jaejoong no tenía por qué saber—. Además por el estado de halmoni, ella requería de un cuidado especial.
—Oh —Jaejoong enderezó los frascos de las especies sintiendo de pronto deseos por saber de ella, en otras ocasiones se había mordido ya las ganas de preguntar porque nunca parecía el tiempo correcto o la confianza adecuada, y ahora que salía el tema a relucir, no sabía cómo empezar.
—Halmoni nunca nos habló de ti —Junsu pronunció espontáneamente, inmediatamente avergonzándose por la indiscreción—. Lo siento, no quise decir nada con ello, es solo que jamás mencionó algo sobre su familia. Tal vez a Yunho hyung si —agregó en un último instante—. Ellos dos solían platicar por horas.
—Yo no sabía que tenía una tía, lejana, imagino que ella no conocía tampoco nada de mí —Jaejoong declaró recargándose en la orilla de la encimera—. Y dime, ¿cómo era ella?
Los ojos de Junsu se iluminaron y una sonrisa se amplió en su rostro. —Era muy gentil, para todos era como una abuela, es por eso que fue tan difícil la decisión de internarla en el hospital —Un resoplido salió por su nariz enseriándose y bajando su vista a los dedos de su mano izquierda que constantemente se oprimían en un flojo puño—. Ella odiaba las camas de hospital y nos pidió que le dejáramos pasar los últimos días en su casa, pero ninguno de nosotros podía estar a su cuidado de tiempo completo, por eso Yunho hyung y Heechul hyung contrataron una enfermera, sin embargo cuando su salud empeoro, consideramos que ella estaría mejor atendida con médicos y teniendo a la disposición aparatos las veinticuatro horas.
—¿Permaneció mucho tiempo hospitalizada?
—Casi tres semanas, todos hacíamos turnos para visitarla y así ella nunca se quedaba sola —Junsu se encogió de hombros recuperando casi el mismo semblante animado que había tenido hasta hace unos minutos—. Lamento que no tuvieras la oportunidad de conocerla, la habrías querido tanto como nosotros, te lo aseguro.
Y Jaejoong tuvo que sonreír por ello, porque a él también le habría gustado conocerla.
—Llegué —Changmin los interrumpió apoyándose en el arqueado umbral de la cocina—. Me cambio rápido y nos vamos —Sin esperar a que le respondieran se dirigió a las escaleras subiéndolas de dos en dos.
Jaejoong se enderezó sacudiéndose el pantalón negro que Junsu le sugirió que vistiera junto con una camisa que aparentara ser formal pero tendiendo al estilo casual, más que al estrictamente elegante. Como no tenia absolutamente idea de a lo que Junsu se refería, llevo a este hasta su guardarropa y le hizo elegir el atuendo que debía usar.
—¿A dónde iremos? —Jaejoong ni siquiera sabía exactamente de que trataba esa salida, pero el hecho de que fuera especialmente Junsu –el hombre que estuvo al pendiente de su convalecencia durante la semana anterior– quien le pidiera que lo acompañara, le dejó imposible el negarse.
—A comer, te lo dije —Junsu contestó avanzando hacia la sala.
—¿Sí pero, a que parte?
Junsu revisó la hora en su celular y le gritó a Changmin para que se apresurara. —Es un lugar nuevo, uno costoso —Le dijo a Jaejoong, tamborileando sus dedos en el inicio del pasamanos.
—Creí que ninguno de ustedes incluyéndome a mí, teníamos dinero como para ir ese tipo de establecimientos.
—Y así es —Junsu aseguró metiendo ambas manos dentro de los bolsillos de su pantalón de vestir, bamboleándose sobre sus talones—. Pero hoy tendremos comida patrocinada, por lo que no tengas ninguna restricción con lo que desees pedir, ya que nosotros no pagaremos —Frenó su movimiento para ver descender a Changmin rápidamente—. Vaya, ya era tiempo.
Changmin rodó los ojos presionando por la espalda tanto a Junsu como a Jaejoong para que caminaran y aunque este último lo miró raro, iban demasiado retrasados así que solo puso más empeño en el empuje hasta que consiguió que los tres estuvieran fuera de la casa.
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Siwon tomó sutilmente la copa llena hasta la mitad de vino tinto y dio un trago de esta. —Gracias por hacer la reservación por mí, tengo varios contactos importantes pero ninguno de ellos pudo conseguir lo que tú con una simple llamada.
Heechul sonrió de medio lado jugando con la servilleta de color beige, elegantemente doblada encima del plato delante de él. Era cierto lo que decía Siwon, tan pronto como este le dijo que no había podido conseguir mesa hasta dentro de un mes, él marco en su celular y quince minutos después recibió un mensaje de texto confirmando el día y hora de la reservación en ese restaurante. —No fue nada, mi agente conoce a un gran número de empresarios y tomando en cuenta que soy más fácil de tratar cuando estoy de buen humor, él hace hasta lo imposible por mantenerme feliz —Heechul habló apartando de su frente el mechón de cabello que picaba en su ojo derecho—. Aunque si lo que buscas es retribuirme el favor, yo me encargaré de que lo hagas en caso de que necesite la recomendación de un buen cirujano plástico.
Los hoyuelos de Siwon sobresalieron por su sonrisa al apegarse más al respaldo cruzando sus piernas por debajo de la mesa. —No creo que ese momento llegue para ti.
La facilidad con la que el cumplido resbaló de su lengua fue imperceptible para ambos quienes no pudieron siquiera asimilarlo porque Junsu, Jaejoong y Changmin llegaron a la mesa acompañados por uno de los empleados.
—Bien ahora solo falta Yunho —Siwon sacó su celular y después de oprimir una tecla, lo acercó a su oreja.
—Ahí viene —Señaló Changmin hacia la entrada donde Yunho estaba hablando con el hostess—. Ah, debimos especificar que no se podían traer invitados —murmuró regresando su vista a los demás, en cuanto vio que la pareja se acercaba.
—Hola —Kyeonghwa fue la primera en saludar sentándose luego en la silla que Yunho arrastró para ella. Todos le correspondieron a excepción de Changmin quien pretendió estar ensimismado en el menú que el camarero acababa de entregarles a cada uno—. Oppa —Discretamente, Kyeonghwa golpeó con su codo el brazo de Yunho, apuntado con su cara hacia Jaejoong—. ¿Quién es él?
Yunho abrió la boca para presentarlos pero la voz de Changmin se antepuso a la de él. —Entonces, hoy tengo antojo de comer lo más caro, ¿ustedes qué dicen?
El resoplido de Siwon después de tomarse abruptamente el resto de su bebida hizo que Yunho se olvidara de Jaejoong para dedicarse a palmear la espalda de su amigo. —Inexplicablemente en este momento opino lo mismo que Changmin.
—Adelante, no me negaré, aceptaré mi castigo sin protestar.
—Siendo así, comencemos con ordenar un buen vino —Heechul propuso levantando la mano para llamar al mesero. Provocando que lo siguiente que hiciera Siwon fuera morderse el interior de su mejilla para no quejarse al escuchar la marca del licor.
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—Todos ustedes son unos desvergonzados, nunca en mi vida había gastado tanto en una simple invitación a comer.
Yunho rió por lo bajo tomando asiento detrás de su escritorio. —No es como si hubieras quedado en bancarrota.
—Fue una cantidad tan exorbitante, que estoy seguro que por lo que pagué me convertí en el cliente del mes —Siwon levantó las persianas plisadas, permitiendo el paso de la luz dentro del consultorio—. ¡Quizás del año! —Enfatizó alzando las manos.
—Que te sirva de escarmiento, deja de apostar con ellos, de cualquier forma siempre pierdes —Yunho mencionó comenzando a dar vueltas en su silla semi-ejecutiva—. Es mejor retirarse a tiempo.
—No importa el resultado, lo interesante es la adrenalina.
Con su pie izquierdo, Yunho frenó el movimiento con las manos sujetas de la orilla del escritorio. —¿Cuál adrenalina? ¿De dónde sacas eso cuando lo único que hacen es estar sentados alrededor de una mesa en la que giran una botella?
—Eso, que no sabes a quien elegirá el destino para ser el ejecutor y la victima —Siwon se viró sonriendo mientras se cruzaba de brazos recargándose en la pared a un lado de la ventana—. Por cierto, había olvidado decirte que tu Jaejoong es lindo.
—No es mío así que deja de llamarlo de esa manera —Yunho dijo frunciendo el ceño.
—¿Eso quiere decir que si él está disponible, no hay impedimento para que me le acerque?
—Basta, no me molestes más —gruñó lanzándole uno de los dulces de la canasta encima del mueble.
Con agilidad absoluta, Siwon lo atrapó comenzando a destaparlo al instante. —¿Cuál es tu molestia? Tú mismo me has dicho que renuncie a Changmin y ponga mis ojos en otra persona. Jaejoong-ssi me parece una buena posibilidad. ¡Qué asco! —comentó sacando el dulce de su boca para colocarlo de nuevo en su envoltura—. ¿Cómo puedes darles dulces de menta a los niños?
—Que tú los odies, no significa que los demás también lo hagan —Yunho se defendió poniéndose de pie yendo a abrir la puerta—. Ahora solo vete a trabajar.
—Diablos, cada día te pareces mas a mi papá —Siwon caminó hacia la puerta deteniéndose para dejar el caramelo en la palma de la mano de Yunho—. ¡Con su permiso, señor! —Irguió su cuerpo alzando su brazo derecho para colocar la mano en su sien, los dedos totalmente juntos como si de un militar se tratara.
Yunho bufó encajando los pulgares en los omoplatos de Siwon para expulsarlo de su propio consultorio. —¡Y mas te vale que no te aparezcas por aquí en lo que resta del día!
Siwon agitó su mano con indiferencia dando vuelta en la primera esquina del corredor del hospital y Yunho volvió al interior cerrando tras de sí luego de sonreírle a su asistente. En media hora más, sus citas se reanudarían por lo que él necesitaba despejar su mente para enfocarse en sus pacientes y no en las absurdas declaraciones de Siwon.
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Jaejoong había tratado de no observarlos mientras estuvieron en el restaurante, había simulado y encontrado muchas maneras de fijarse en todo menos es las dos personas frente a él. Había querido evitar notar el modo en que ella se dirigía a Yunho, los cursis comentarios que le daba cuando él ponía más interés en su conversación con Heechul que con ella o cuando intentaba atrapar su atención robando o poniendo más comida en su plato. Bastante tiempo había transcurrido desde la última ocasión en que tuvo que convivir con una pareja, por lo que descubrió que la situación le daba hastió. El consuelo era que al parecer no era el único con esa sensación, Changmin en varias oportunidades dejo claro con sus muecas que el comportamiento de ella le era fastidioso.
Jaejoong jamás había sido alguien demostrativo, no lo fue ni con su madre, así que no podía imaginarse actuando de ese estilo. Kyeonghwa era totalmente lo opuesto a él. Distinguida, risueña, amigable y sociable, siempre buscando el contacto del hombre a su lado. Jaejoong recordaba el lapso en que ese mismo hombre estuvo con él, y no encontró ningún momento que se asemejara al que tenia Yunho con ella. De hecho en ninguna de sus otras relaciones hubo algo así, porque por supuesto, Jaejoong era muy distante a ese comportamiento e incluso llegó a creer que Yunho también lo era.
Estaba tan distraído recapitulando su estancia en el restaurante –a la que de no haber sido por ese detalle habría podido catalogar como agradable– que sus pensamientos iban y venían provocando que no prestara el suficiente cuidado a las instrucciones que Hyunjoong le daba. Era la tercera vez que limpiaba el vaso mezclador y aún no lograba obtener una bebida que se aproximara al sabor que debía tener.
—Necesitas concentrarte en las medidas, creí que habías dicho que te las sabias de memoria.
—Y así es, es solo que me distraje, otra vez —Jaejoong se encogió de hombros desplazándose hacia el fregadero para tirar el contenido de la copa en sus manos.
—Solo queda una semana para el concurso —Hyunjoong dijo pasando un trapo sobre la superficie del comedor redondo donde habían diversas botellas de todo tipo y tamaño, junto con vasos y copas apiñadas al centro de este.
—Lo sé —habló dejando fluir el agua del grifo para que el líquido de color ámbar terminara de irse por el desagüe—. Tal vez será mejor dejarlo hasta aquí.
Hyunjoong le dirigió una mirada desaprobatoria haciendo a un lado una de las sillas para sentarse. —¿No llevamos ni dos horas y ya te rendiste?
—Mi humor no es el indicado y desperdiciar tu tiempo es…
—¿Por qué en lugar de estarte lamentando o dar ridículas excusas, no vuelves aquí y lo haces correctamente? —Jaejoong giró su cabeza arrugando el entrecejo—. Al menos haz uno bien y después podrás irte si quieres —Hyunjoong añadió subiendo su talón en el asiento para apoyar su mentón en la rodilla.
—Bien —Los pies de Jaejoong se movieron pausadamente hasta que estuvo a centímetros de la mesa. En silencio empezó la preparación de la bebida en la coctelera deteniéndose para vaciar el líquido en uno de los vasos. Inseguro, dio dos pequeños tragos abandonando luego el vaso en el mueble—. Creo que ya —dijo reprimiendo una sonrisa—. Pruébalo.
Sin aguardar a que le entregara la copa que había preparado para él, Hyunjoong bebió el remanente del vaso que usó Jaejoong, secando su boca con el dorso de su mano cuando se lo acabo. —Al fin —soltó sonriendo porque Jaejoong hacia lo mismo—. Por cierto, ahora que bebimos de la misma copa, conozco tus secretos.
Por primera vez en mucho tiempo Jaejoong sintió timidez, tanta que agarro cuantos envases pudo, para acomodarlos en el estante de la cocina de donde antes los habían sacado. Podía sentir la mirada de Hyunjoong sobre él pero eso le impulso a moverse más entre el diminuto departamento.
Un área para la sala y comedor seguido de la cocina sin una notoria separación entre cada una, era lo que abarcaba el mayor espacio. El breve pasillo que daba a la principal y única habitación más el baño, completaban el hogar de Hyunjoong, donde ambos habían mantenido –incluyendo esa– diez clases.
Jaejoong mordió su labio inferior al ver como Hyunjoong sujetaba la botella que él estaba a punto de levantar, no pensándolo dos veces desistió del intento humedeciendo sus labios antes de hablar. —Si no te importa, me voy —dijo pasando tres dedos por su cabello—. Necesito hacer la cena —continuó estando ya a medio camino de la puerta.
—Ok —Hyunjoong pronunció poniéndose de pie para seguir con la tarea inconclusa de despejar la mesa—. Te veo mañana por la noche.
Jaejoong asintió mientras se ponía sus zapatos moviendo ligeramente su mano para despedirse, saliendo luego de ahí.
Desde hacía meses se había percatado de las intenciones de Hyunjoong, pero Jaejoong simplemente opto por fingir no saberlo. Era solo atracción física la que podía sentir por él al fin y al cabo, y de avanzar con esta le acarrearía la posibilidad de que existieran incomodidades en su trabajo en un futuro. Si solo se trataría de una aventura pasajera, bien podía conseguírsela fuera de su entorno. Finalmente eso le venía funcionando perfectamente desde hacía un par de años ya.
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Heechul casi podía jurar que el aburrimiento lo estaba consumiendo. Su abstinencia a desvelarse le había costado múltiples diversiones en varios días. Sabía que el antifaz de gel, cremas y maquillaje podían ocultar su falta de sueño, pero era más satisfactorio cuando el personal de sus sesiones fotográficas lo halagaban por su buena y saludable apariencia. Su carrera tenía numerosos sacrificios pero para él cada uno de estos valía la pena.
No obstante la tensión se estaba acumulando en su cuerpo y temía que fuera a volverse tan irrazonable como lo era para él, Jaejoong. Necesitaba buscar algo en que ocuparse, mejor dicho en alguien en quien desahogarse.
Para su mala suerte su pasatiempo favorito no estaba, Yunho aún no regresaba y solo quedaba el muy estudioso Changmin, quien luego de saber que Junsu saldría, se encerró en su habitación argumentado que tenía un examen para el cual prepararse. Una excusa barata que Heechul no le compró.
El picaporte de la puerta cedió fácilmente cuando Heechul lo giró con su mano, un suave empujón y pudo entrar en el cuarto de Changmin.
—¿Por qué no sales con Siwon? —Heechul preguntó acercándose a la cama donde él estaba recostado sobre su estómago.
Changmin abandonó la lectura de su libro y las notas que escribía para voltear hacia arriba, a la cara de Heechul. —Hyung, no voy a salir con él, ya te lo he dicho.
—¿Pero por qué? es obvio para todos que está interesado en ti —insistió.
—Lo sé, no soy tonto —murmuró Changmin retomando el resumen que hacía.
—¿Entonces?
—Yo no lo estoy.
Heechul le arrebató el lapicero automático impidiéndole que pudiera seguir escribiendo. —¿Y? no te estoy diciendo que te fugues con él para ir a casarte, solo sal y divierte.
—¿Por qué insistes en hacer de casamentero entre él y yo? ¿Por qué no lo haces con quien de verdad me ayudaría? —Changmin cuestionó tomando un bolígrafo de su mochila, desechando la idea de recuperar lo que Heechul le había quitado, una pelea absurda.
—Obviamente porque no soy bueno en los casos imposibles —siseó dejando caer el lapicero en la cama—. Si Junsu no ha aceptado nada contigo es porque tiene otros planes para él, otro tipo de gustos en los que no encajas tú —Heechul cerró sus ojos al percatarse de la dureza de sus palabras.
—Quiero estar solo hyung —Changmin no se molesto en mirar hacia él, mantuvo su vista entre su cuaderno y libro, sin alterar el tono de su voz.
—No quise decirlo de esa manera es solo que no importa como lo haga nunca parece que me escuchas —Heechul puso su mano en el hombro de Changmin dándole un suave apretón.
—No es que no lo haga, es que tú no entiendes que lo único que Junsu necesita es aceptar que no le soy indiferente.
—Por supuesto, y me imagino que eso lo comprobará cuando termine de salir con medio país.
Changmin colocó su libreta sobre las páginas del libro y lo cerró con un fuerte ruido. —No creo que puedas ser el indicado para hablar de ese tema. Hyung, de verdad, quiero estar a solas —dijo levantándose para ponerse junto al marco de la puerta, dándole a Heechul una clara invitación para irse.
—Sí, yo salgo con cualquier tipo lindo que me atraiga, pero es porque yo no tengo ningún aspirante a ser el amor de mi vida ansioso porque le diga acepto —refutó negándose a retirarse—. Aunque lo tuviera no me interesa, pero a Junsu si y si él sigue buscando por fuera es porque no eres lo que quiere para él.
—¿Terminaste o vas agregar algo más? Te aseguro que ya conseguí lo suficiente como para hacerme sentir poca cosa para lo que queda del mes.
—No era esa mi intención, lo siento, no tengo el tacto para hablar con la gente pero insisto en que le des una oportunidad a Siwon.
—De nuevo con eso —Changmin empuño sus manos dejando él mismo su habitación— ¡Si tan buen partido te parece Siwon hyung, sal tú con él!
—¡Pues tal vez debería hacerlo! —Heechul gritó desde el barandal siguiendo con sus ojos a Changmin bajando las escaleras.
—¡Genial, así alguien lo aprovechará y te quitarán el estrés! ¡Te urge!
—¡Yah! ¡A mí no me hace falta ese tipo de liberaciones! ¡No quieras hacerlo ver como que me estás haciendo un favor Shim Changmin! —Los gritos de Heechul no alcanzaron a llegarle a Changmin porque él ya estaba fuera de la casa.
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—Mis papás se encontraron con tu mamá en Busán. ¿Por qué no me dijiste que ella estaría ahí?
—No sabía que iría allá —Yunho desvió su mirada hacia los coches que transitaban por la calle. Siempre era para él incomodo hablar de sus padres.
—Me gustaría que nos volviéramos a reunir con tus papás, quizás podría organizar una cena en mi casa, a los míos les encantaría que…
Por un momento Yunho dejo de oír a Kyeonghwa, la sola idea de llamar a sus padres le resultaba tan distante. Pocas veces se había visto en necesidad de hacerlo y esa no terminaría siendo una de ellas.
—No están disponibles, tienen diversas ocupaciones —cortó las palabras de ella.
—Pero aún ni ponemos una fecha —Kyeonghwa sonrió tomando el brazo de Yunho con ambas manos para que volteara a mirarla—. ¿O es que no quieres?
—La agenda de ellos nunca tiene espacio para nada, ni para mí —Le respondió instándola a que se levantaran de la banca donde ambos permanecieron sentados por casi media hora—. Si no me crees, puedes hablar con la secretaria de cada uno de ellos.
—¿Por qué me hablas así? ¿Por qué tienes que ponerte a la defensiva con esto? —Kyeonghwa liberó su brazo adelantándose unos pasos para ponerse delante de él—. Solo estaba sugiriendo algo. Si no te gusta la idea solo dilo y ya.
Yunho intento aproximarse a ella pero el sonido de su celular lo distrajo, alzo su mano para pedirle que esperara pero Kyeonghwa negó con la cabeza pegando dos veces en la acera con la suela de su zapato antes de dar media vuelta y empezar a alejarse de él.
Los diez dedos de Yunho se aferraron a su propio cabello tirando de este y luego sujetó su celular contestado rápidamente solo para decir que le devolvería la llamada mas tarde.
—Kyeonghwa espera —dijo al tiempo que atrapaba su mano para inmovilizarla.
El rostro de ella reflejaba dureza, la manera en que sus labios estaban oprimidos entre si la dejaba claro a Yunho que estaba más que molesta. —Siempre es o tus amigos o tus pacientes, a ellos nunca les niegas nada, de ningún modo dejan de ser tu prioridad, jamás he podido competir contra ellos porque ya tienen ganada la batalla por default —Kyeonghwa pronunció entre dientes sacudiendo su mano para reanudar su camino.
Generalmente Kyeonghwa era una mujer amable y comprensiva, pero existían ocasiones como esa en las que su carácter se volvía tosco, caprichoso e intransigente. Desafortunadamente Yunho había comprobado que últimamente eso estaba sucediendo con más frecuencia que nunca.
De nuevo Yunho redujo la distancia, frenándose adecuadamente para dejar un metro prudente entre los dos. —No quiero discutir contigo cuando estoy a punto de irme por una semana. Vamos estar separados y es mejor posponer esta conversación hasta que vuelva.
Ella lo vio un instante luciendo como si estuviera a punto de decir algo pero en su lugar elevo su brazo para detener un taxi. —Pues muy tarde decidiste eso —Sin titubear abrió la puerta trasera y abordo el taxi, indicándole al conductor que partiera de inmediato.
Yunho se quedo contemplando el trayecto por donde el vehículo desapareció, dudando entre seguirla o llamarla. Los minutos estaban corriendo y él concluyó que era mejor no hacer ninguna de las dos opciones. Tal vez lo que en realidad les hacía falta era ese tiempo apartados, quizás a su regreso las cosas estarían más calmadas.
Oprimió el número uno de su celular y aguardo a que le contestaran. —Cancela tus planes, voy para tu casa —Yunho cortó la llamada apenas alcanzando a escuchar un cansado suspiro del otro lado de la línea telefónica. Guardó el aparato en su pantalón y se desplazo por la banqueta hacia donde su auto estaba estacionado.
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Changmin no sabía cuánto tiempo se había mantenido recargado en la puerta corrediza de la cochera, hasta que el rechinido de la entrada le hizo salir de sus pensamientos. Las pequeñas piedras encajadas en las plantas de sus pies le hicieron recordar que no traía zapatos y un par de gotas frías en sus brazos, que la camiseta sin mangas no era la suficiente protección para la llovizna que caía.
Jaejoong interrumpió su avance a la casa cuando Changmin se atravesó. Uno de sus tobillos estuvo a decimas de doblarse y el hombre ni siquiera pareció notarlo. El temperamento de Jaejoong reaccionó rápidamente para apresurarse y sobrepasar no interesándole sin con ello Changmin perdía el equilibrio.
—¡Yah, fíjate por dónde vas! —Heechul exclamó desde el umbral, adelantándose para agarrar del brazo a Changmin ayudándolo a estabilizarse—. Que malos modales tiene —dijo viendo por sobre su hombro a Jaejoong quien ya subía hacia la segunda planta—. Changmin-ah, tu celular no paraba de sonar —Su mano derecha empuñaba el teléfono que extendía para Changmin—. Contesté y tomé el recado —agregó.
—¿Cuál es? —Changmin recibió el celular sin mirar a la cara de Heechul.
—Una dirección y el nombre de alguien a quien tienes que recoger —contestó entregándole una hoja doblada a la mitad, poniendo una mano en su cadera y con la otra arreglando su cabello por detrás de la oreja—. Me disculpo por lo que dije hace rato —murmuró atreviéndose a verlo a los ojos.
Changmin palmeó el hombro de Heechul y lo empujo solo lo suficiente como para hacerlo tropezar ligeramente. Una risa y pasos corriendo por la escalera fue todo lo que Heechul oyó aún recuperándose del sorpresivo ataque. Con los brazos cruzados y su labio inferior sobresaliendo, fue hacia al patio trasero.
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Changmin revisó la nota en su mano y el número de la cantina antes de entrar en esta. En la barra preguntó por el dueño del nombre escrito en el papel que Heechul le dio, el hombre dudo un poco pero al final apunto a la esquina donde solo podían verse dos formas ocultas por el humo de cigarro y la falta de luz en el lugar.
—¿Solicitó un chofer? —cuestionó enfrentando al primer hombre, quedando de inmediato paralizado cuando reconoció a Junsu sentado a un lado de este.
—¿Por qué? ¿Tú eres el conductor designado? —El sujeto habló con sorna tomando un último sorbo de su tarro de cerveza—. ¿Tienes siquiera edad para manejar?
—¿Lo hizo o no? —Impaciente, Changmin dijo arqueando una ceja. Su experiencia realizando este tipo de trabajo informal le había ganado algunos trucos del cómo tratar a personas alcohólicas pero él no tenía ganas de usar ninguno en ese momento—. Probablemente usted puede irse por su propia cuenta.
—Changmin —Junsu lo llamó estirando su brazo con las tintineantes llaves colgando de sus dedos—. Él no debe hacer eso.
—Claro —Velozmente se apoderó de las llaves haciéndose a un lado mientras Junsu luchaba con el hombre para que se pusiera de pie.
—No puedo dejar que un niño use mi carro, si nos detiene la policía me multarán.
Las palabras sonaron deformadas para los oídos de Changmin pero inclusive así, rodó los ojos por lo ridículo que resultaba ser que un borracho se preocupara mas porque un menor condujera y no por su propio estado etílico o por el hecho de que no sabía si estaba confiando en la persona correcta.
Olvidándose de eso, se encogió de hombros sonriendo de medio lado al ver desde atrás como las piernas de Junsu tenían que soportar el peso extra del individuo prácticamente encima de él. Dio dos pasos largos para alcanzarlos cuando Junsu se tambaleo al salir del lugar y ambos casi cayeron de bruces contra la acera, sin necesidad de ayudarlos, ellos mismos se reincorporaron.
No teniendo la misma suerte cuando Junsu volvió a tropezar –aparentemente con el plano pavimento– y el sujeto que llevaba a cuestas se soltó de su agarre yendo a estamparse con la puerta de su vehículo, terminando hincado en el suelo.
Sin querer evitarlo, Changmin rió acercándosele para levantarlo. El hombre más dormido que despierto no opuso resistencia.
—Gracias —Junsu dijo al acomodarlo en el asiento trasero, cerrando la puerta para ir hacia el lado del copiloto.
—Será mejor que vayas atrás con él —Changmin indicó—. Si despierta no quiero que decida que no soy apto para estar tras el volante y tomé medidas drásticas para quitarme de el —Junsu puso mala cara pero obedeció, entrando en el auto y sentándose a un lado del hombre—. ¿Por dónde?
—¿Eh?
—¿A dónde vamos? —Changmin pasó su brazo por arriba del asiento para observar con facilidad si la calle estaba despejada antes de arrancar en reversa—. ¿Lo sabes, verdad?
—No —Junsu miró a los lados, luego al techo y después sacudió al tipo junto a él—. Despierta —Repitió varias veces, en todas obteniendo la misma reacción de un cuerpo inerte que solo se movía al compás de los zarandeos que le daban.
—Olvídalo, encontré su licencia de conducir —dijo Changmin mostrando la identificación entre sus dedos índice y medio.
El trayecto estuvo lleno de incoherentes frases y sonidos de besos tronados –la mayoría tirados al aire– porque repentinamente el hombre despertó con ansias de acción y Junsu no parecía estar muy interesado en complacerlo. Por el retrovisor, Changmin vio como con reiterados manotazos, Junsu evitaba el contacto pero el individuo con cada uno de ellos se volvía más insistente. Por muchas razones, Changmin prefirió no intervenir.
Cuando llegaron, Changmin subió el vidrio de la ventanilla y salió del auto abriendo la puerta para que tanto Junsu como el otro hombre también bajaran del vehículo.
Con un carraspeo Changmin extendió la palma de su mano derecha hacia arriba esperando el dinero por su servicio. A regañadientes y murmurando por lo bajo, fue depositado tres billetes y dos monedas. Después de examinarlos, Changmin los metió al fondo del bolsillo de su pantalón, dándole a Junsu las llaves del coche.
Junsu amplió sus ojos notando como Changmin simplemente se estaba marchando dejándolo con alguien que podía considerarse más un pulpo que un ser humano. Su cintura era retenida por dos brazos fuertes que se empeñaban en jalarlo al interior de la casa.
—Oye la noche término para ti —Junsu habló con dureza apartándole las manos y arrojándolo contra la pared de piedra. Con grandes zancadas se empezó a alejar de pronto recordando que aún conservaba las llaves, con un rápido giro, las lanzó contra él y siguió la ruta que Changmin tomó.
Corriendo por la avenida, pudo apreciar la alta figura preparándose para subir a un taxi. Y aunque juraba que su energía no daba para más, se las ingenio para ponerse a la par del vehículo, abriendo la puerta y entrando sin permiso acomodándose casi pegado a Changmin.
—Compartamos este —expuso con una sonrisa, borrándola por la seriedad del semblante de Changmin.
El taxista preguntó por la dirección a donde los llevaría, luego de decirla, nadie pronunció una palabra más. Changmin iba recargado en el respaldo mirando hacia afuera y Junsu de vez en vez lo veía de reojo.
La tarifa fue cubierta por Changmin quien ignoro a Junsu cuando le planteó pagar la mitad. Este último mordió su labio inferior sintiéndose relegado nuevamente porque Changmin descendió sin esperar por él.
—Changmin-ah, caminemos juntos —Como si no lo hubiera escuchado, este no se detuvo ni disminuyo la velocidad. Junsu se apresuró y volvió a llamarle pero obtuvo un resultado idéntico, por lo que renunció limitándose a seguirlo.
—Por lo menos dejo la puerta abierta —susurró cerrándola con lentitud.
Junsu solo pudo fijarse en la espalda de Changmin al entrar en la casa. Su ánimo decayó mucho más de lo que ya estaba, teniendo ahora que lidiar con la tristeza que el rechazo de él le causó.
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El viernes fue el último día de capacitación para el personal médico que acudiría a las campañas de salud en zonas rurales, esto aunado al habitual horario en la clínica, fue para Yunho y Siwon tan extenuante que el tomarse la tarde libre era como un bálsamo para su agotamiento.
Siwon sacudió su gabardina tratando de quitar las pocas gotas de lluvia que habían alcanzado a caer en la tela durante el trayecto de su automóvil al interior de la casa. Con cuidado la colocó en el respaldo de una de las sillas para después ir a sentarse en el sillón más grande, a un lado de Yunho.
—Estoy muerto de cansancio —declaró apoyando su cabeza en el hombro de Yunho, casi cayendo cuando este se aparto de él—. ¡¿Te mataría tener un mínimo de consideración con tu mejor amigo?! Un día de estos me cansaré de serlo.
—Tengo otro —respondió cruzando sus piernas por los tobillos—. Pero por supuesto, uno no reemplaza al otro.
Siwon arrugó su cara dándole un puñetazo a Yunho en el muslo, pasando enseguida sus manos por sobre su cabeza, masajeándola en círculos. —¿Qué pasaría si imprevistamente me quedo dormido y no llego a tiempo para ir a la campaña?
—Me molestaría gravemente contigo —Yunho advirtió enderezándose en su lugar.
—Era solo una suposición —Siwon soltó en un suspiro.
—Permiso —Heechul dijo haciendo que Siwon se recorriera, dejando espacio para que él se sentara—. Changmin —Tronó dos dedos de cada mano estirando sus brazos para llamar la atención de este, quien estaba sentado en el sillón individual, semi-recostado en el brazo del mueble, simulando dormir—. Te tengo buenas noticias —Se apegó a Yunho para ofrecerle a Changmin un sobre tamaño carta—. Tu pago.
Los ojos de Changmin se abrieron instantáneamente tomando el objeto de los dedos de Heechul. —Él quedo contento con tu desempeño y me pidió que te preguntara si estarías dispuesto a volver a trabajar ahí —Siwon arqueó una ceja al ver que Heechul reposaba su cabeza en el hombro de Yunho sin recibir protesta alguna—. Él está acostumbrado a tratar con amateurs quejumbrosos y pudorosos, así que realmente se sorprendió de que tú no siendo siquiera un novato, solo mostraras en un principio timidez para después desinhibirte por completo.
Changmin se quedo mudo ante eso, él no podría decir que se desinhibió en ningún aspecto, sino mas bien que soporto la situación y fingió que no le afectaba. Pero nadie tenía por qué saber que aún conservaba secuelas del evento, sobre todo esos sueños recurrentes en los que se veía desnudo en medio de una multitud.
—Y solo porque te estimo, no estoy cobrándote comisión —Heechul le guiño un ojo entrelazando una mano con la de Yunho—. No por conseguirte la oportunidad ni por ayudarte con los preparativos previos.
Changmin sintió que hasta sus orejas se calentaron. El acompañar a Heechul a un centro de belleza fue una de las más difíciles y penosas experiencias que había vivido, casi a la par de la de posar como si fuera un modelo. Primero fue una exfoliación, después un masaje tonificante-reafirmante para finalizar con una depilación. Desde su entrada al establecimiento sospechó de las intenciones, pero Heechul ingeniosamente lo envolvió con sus razones y evasivas del porqué debía estar presentable el día de la sesión. Y para cuando fue consciente de lo que haría el personal que entró a la habitación con incuestionables artefactos, solo le bastó escuchar decir a Heechul “Los verdaderos hombres soportan todo, ¿cierto Changmin?”, para que él se rindiera antes las manos que vigorosamente trabajaban sobre su cuerpo. Afortunadamente, tal como Heechul los había calificado, los empleados fueron sumamente profesionales. ¡Al menos!
—Entonces qué dices, la próxima semana tiene otra clase programada, otra de ese estilo.
Changmin estaba agradecido de que Heechul aunque sea, hablara del tema con discreción. Así lo estuvo hasta que Siwon se entrometió.
—Un desnudo —Heechul aclaro la pregunta de ‘¿Qué fue lo que Changmin hizo?’—. Artístico —adicionó, pestañeando en replica por la dura mirada que el aludido le dio.
—¿Te desnudaste? —Yunho inquirió atrayendo la atención de Junsu quien iba camino a la cocina—. ¿Para espectadores?
—Un grupo de veinticinco personas para ser precisos, alumnos de una clase de arte —Heechul articuló subiendo una pierna en la rodilla de Yunho, retirándola en cuanto este presionó arriba de la suya originándole cosquillas.
—Necesitaba el dinero —Changmin dijo secamente.
Siwon soltó un silbido largo como el sonido de un globo desinflándose. —Es el trabajo perfecto, todo mundo lo hace en algún momento pero no todos tienen el privilegio de recibir un beneficio económico por ello. Por ejemplo yo… —Los cuatro pares de ojos se fijaron directamente en él, haciendo que Siwon sonriera imaginando sus pensamientos—, en algunas ocasiones he visto a mis pacientes en traje de Adán y no les he pagado por eso. De hecho en otras situaciones habría algunos con los que si lo hubiera hecho, pero solo para que volvieran a vestirse.
El coscorrón que Yunho le propinó, fue lo necesario para borrarle el gesto de repugnancia a Siwon, pero no para que dejara de sonreír descaradamente.
—Pero no lo haré de nuevo —recitó Changmin revisando el contenido del sobre, era una muy buena cantidad por lo que en su mente volvió a repetirse lo que acababa de decir.
—Es una lástima, el profesor creyó que había encontrado a su modelo de cabecera —Heechul contó reclinándose con mayor comodidad en Yunho—. Si es por la vergüenza, esa desaparece con el tiempo, simplemente te aclimatas a la situación.
—No, es porque es demasiado el tiempo que tengo que permanecer quieto —Changmin mintió. Era verdad que fue agotador el mantenerse en una misma posición pero tampoco fue tan complicado, ya que por su nerviosismo quedo naturalmente petrificado sin deseos de moverse por temor a mostrar más de lo que ya hacía.
—¿Y tú, Heechul hyung? ¿También posas para esas clases? —Junsu quien había estado callado, preguntó sentándose en el sofá desocupado.
—Claro que no, el maestro es un buen tipo pero él sabe perfectamente que no puede costearme. Mi agencia vende mi piel a un alto precio y no tengo permitido realizar ningún trabajo por mi cuenta. Además no está dentro de mis intenciones dar ese tipo de imagen, aun con mi profesión, tengo que pensar en mi familia.
Siwon palmeó sus manos, frotándolas entre sí. —Oh, ¿eso quiere decir que pondrán esos retratos en exhibición?
Changmin palideció por esa posibilidad, no había pensado en que eso ocurriría, tan ocupado estuvo creyendo que se solucionaría su estado financiero, que no recapacitó en las derivaciones de hacerlo.
Heechul curvó su boca ligeramente hacia la izquierda, viendo hacia Changmin. —No exactamente, fue solo parte de una actividad —El alma de Changmin volvió a asegurarse en su cuerpo, con su respiración retornando a su ritmo normal—. Pero al final del curso exponen en una muestra de los mejores, quizás alguno de Changmin sea seleccionado.
Era un hecho, Heechul siempre ocultaba información para dar la estocada en el momento cúspide, cuando ya nada podía hacerse para evitarla.
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Jaejoong entró arrastrando los pies, dirigiéndose directo a las escaleras notando la luz encendida en la cocina. Eran aproximadamente las cinco de la mañana, siendo sábado ninguno debía estar despierto, ni siquiera Junsu –que acostumbraba a llegar de madrugada– estaba a tan “altas horas” levantado.
Al ver la puerta del refrigerador abrirse, decidió que podía tratarse de cualquiera tomando un tentempié, así que continuó subiendo los escalones. Únicamente había avanzado tres cuando Yunho emergió con una botella de agua en cada mano, llamándole. —Hoy llegaste más tarde —Le dijo apagando la luz de la cocina, arrimándose para quedar a plena vista de él.
—Tuvimos contratiempos con un par de clientes —Jaejoong declaró preguntándose cómo es que Yunho conocía cuál era su común hora de llegada.
Jaejoong empezó a impacientarse al no saber qué hacer a continuación, quería simplemente dar media vuelta para ir a su habitación pero después de cómo Yunho se encargo de atenderlo en su resfriado, creyó que merecía aunque sea mostrarle un poco de educación por su parte.
—Espero que nada grave —Jaejoong asintió afirmándoselo mientras la punta de su pie pegaba constantemente en el piso—. Estaré ausente durante una semana —Yunho anunció metiendo las botellas en las bolsas laterales de la mochila sobre el comedor.
Jaejoong entonces reparó en su vestimenta deportiva –pants, sudadera y tenis– en tanto que Yunho ajustaba la enorme mochila en su espalda y hombros.
—¿Camping? —Jaejoong se mordió la lengua luego de decirlo, él no debía preguntar, a él sencillamente no le debería de interesar.
—No, iré junto a un equipo de médicos a comunidades alejadas para ofrecer atención gratuita.
Jaejoong se descubrió a sí mismo a tiempo para contenerse de igualar la sonrisa que Yunho portaba. No porque le pareciera admirable ese lado humanitario de él, significaba que la relación entre ellos tenía que mejorar.
El estridente sonido de un claxon quebrantó el silencio en la sala, alertando a Yunho de su partida. —Más vale que me de prisa, si no Siwon despertará a todo el vecindario.
Jaejoong no dijo nada quedándose tan solo ahí viendo como Yunho revisaba su ropa y bolsillos mientras se acercaba a la puerta. —Yunho —nombró consiguiendo que este se detuviera. Apretó el pasamano con sus dedos, descargando en este la frustración consigo mismo por su falta de razonamiento.
—¿Si? —Yunho lo escudriñó de pies a cabeza, escuchando después el creciente tono de su celular—. Siwon —musitó viendo la pantalla del teléfono.
—Que tengas buen viaje —Jaejoong mencionó con prisa, aprovechando su distracción para continuar la subida.
Extrañamente el fin de las escaleras llego sin darse cuenta, en un segundo ya estaba en el pasillo y al siguiente dentro de su recámara. Serenamente resguardado entre cuatro paredes, oyendo únicamente su propia voz en la cabeza:
«Tú no vas a derribar las barreras por él»
«Tú no vas a volver a enamorarte de él»
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Jaejoong amarró la agujeta de su tenis, rodando los ojos mientras escuchaba a Yunho hablar.
—De verdad, jamás he tenido novio —El resoplido que Jaejoong soltó le hizo a Yunho cuestionarse si para este, él lucía como un Casanova—. Solo he salido con una chica, y no fue realmente algo serio —explicó.
—¿Nunca entonces? —Jaejoong cruzó su mirada con la de él, tratando de descifrar lo que en ella veía. No encontró vacilación ni evasión, así que desistió doblando su rodilla izquierda para atraerla a su barbilla.
—Ninguno, eres mi primer hombre —Yunho gruñó al recibir en su brazo un golpe del puño de Jaejoong—. ¿Eso por qué fue?
Jaejoong apretó sus labios en una línea poniendo su atención al frente, estando sentados en la intemperie de su azotea, podía ver la iluminación filtrándose por las ventanas de las demás casas. —Quisiera poder vivir en una casa de verdad —confesó virando hacia la zona residencial.
Yunho miró a donde Jaejoong lo hacía y echó su cabeza atrás para ver el cielo a punto de oscurecerse. —A mi esta me parece una de verdad.
Jaejoong suspiró estirando ambas piernas para recostarse en el frío cemento del techo. —Solo cuenta con un cuarto y un restringido espacio que tiene que adaptarse para dos personas. Y además pagamos por ella, yo quiero una propia. Una a la que mi mamá y yo podamos llamar nuestro hogar.
—Pero ya es un hogar lo que ustedes tienen, yo solía vivir en una tan grande que me hacía sentir como un extraño cada vez que estaba dentro. En cambio aquí, el ambiente es diferente.
—Debe ser la contaminación —Aún recostado, Jaejoong apuntó en dirección a una pequeña fábrica de la que podía notarse el rastro de humo que emanaba por uno de los largos tubos de escape.
—Yo hablo de…
—Ya sé —Interrumpió a Yunho—. Pero eso no quita que quiera tener la seguridad de que al menos si las cosas van mal, poseemos algo afianzable.
Yunho se dejó caer lentamente hasta estar junto a Jaejoong. —Tienes esta hermosa vista —indicó contemplando los muy tenues tonos naranjas que poco a poco iban desapareciendo—, y solo debes subir aquí para disfrutarla.
—Pero hasta esa debe ser más linda en las terrazas de los altos edificios.
—Pero en este lugar se siente libertad y no el ahogo de un gigantesco espacio vacío para ti solo —Yunho rebatió pasando sus brazos por detrás de su nuca—. Mi padre siempre está en la casa de bolsa en la que trabaja y mi mamá constantemente viajando para la empresa de exportación de la que es publirrelacionista. Cuando no es así, nos ignoramos mutuamente que tal parece que no estuvieran de todos modos. Para ellos lo único que existe es el estrés de números, economías y prestigios. Es por eso que ahora comparto un departamento con un amigo al que también casi nunca veo porque divide su tiempo entre la universidad y una firma de abogados donde trabaja de mensajero. Créeme, esto que tienes es mejor a lo que yo he tenido.
—Pero aunque te hayas separado de ellos siguen pagando tus estudios, eso es algo bueno.
—Eso es porque es la correcta manera en que deben fungir los padres ante la sociedad, para ellos lo que la gente opine es lo que más importa. El día que les dije que me mudaría con un amigo ellos contestaron “que bien, nuestros amigos estarán maravillados por la madurez de nuestro hijo para decidir independizarse”, ni siquiera les dio curiosidad por saber algo más, solo les interesó lo que aparentarían ante las personas. Pasaron meses antes de que me pidieran la dirección del sitio donde vivo y solo fue porque una revista de sociales les ofreció hacer un reportaje y ellos querían que la foto de familia que publicaran fuera donde su único hijo vivía abriéndose camino por sí mismo. Nuestro contacto se limita a un estado de cuenta y matriculas pagadas, lo cual les agradezco porque eso me facilita seguir estudiando.
—Ojala yo pudiera seguir haciéndolo, pero mis calificaciones no me permiten una beca y todo el dinero se va en nuestros gastos personales y los del hospital. No es que me queje, prefiero tener solo lo necesario para sobrevivir si eso implica que mi mamá estará saludable.
—Y lo estará —Yunho aseguró empujándole un pie con el suyo—. Y cuando sea así, tú y yo nos enlistaremos como voluntarios en esos viajes a los pueblos lejanos donde se da atención médica gratuita.
—¿Y yo que ayuda podría brindar en labores como esa? —Jaejoong giró sobre su costado apoyando la cabeza en su brazo doblado.
—Leer, tal como lo haces con los niños del área de pediatría —dijo sonriendo—. Eres el tema preferido de las enfermeras.
—Esas mujeres escandalosas —Jaejoong protestó frunciendo el ceño.
—Tú y yo seremos un dúo perfecto, yo atiendo a los pacientes en lo que tú los entretienes —Yunho esquivó la mano que planeaba proyectarse en su frente, atrapándola para comenzar a presionar los delgados dedos hasta que cada uno de ellos tronó—. Eres el único que no se queja cuando hago esto.
—Por supuesto, soy tu primer hombre.
Yunho rió soltándole la mano. —Lo eres —reconoció deslizando un brazo por la espalda de Jaejoong hasta su hombro, para que se acomodara entre este y su torso, entrelazando las piernas y cerrando los ojos, disfrutando de la brisa nocturna que los rodeaba.

17 comentarios:

  1. Qué cosas! Creo que si Heechul se aburre en una de estas se acaba el mundo. Yo opino que Changmin debería seguir trabajando de modelo, eso y que la novia de Yunho debe perderse en alguna isla del Caribe.
    Pues el capitulo de hoy si me sorprendió, estuvo más largo que otras veces pero igual me divertí con él. Saludos.

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    1. :) apenas sale la pobre de ella y ya la quieres desaparecer? al menos le deseas vacaciones XD. Chao

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  2. Cual largo.. te quedo perfecto ^^

    Gracias por el capi... ya quiero saber que fue lo que paso entre el YunJae para que se separaran....

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  3. Ganas de estrangular a Kyeonghwa aumentando a lo largo de todo el capítulo, por los dioses mira que es caprichosa ^^U Por aquí arriba decían de enviarla de vacaciones.. es una forma más sutil de pedir que desaparezca ¿verdad? así que me uno a ello.

    Heechul me encanta, con todo lo bocazas que es. Me ha gustado especialmente la naturalidad con la que has ido metiendo los gestos de cariño con Yunho mientras hablaban todos juntos ^^ y pobre Min... ais, Junsu le está trayendo por la calle de la amargura. La relación de Yunho y Jae al menos parece que está estable... pero está claro que saltarán chispas en cualquier momento. Me encanta la idea de los flasbacks para ir conociendo su vida previa ^^

    ¡Un saludo! Y gracias por la actualización ^^

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    1. encimar a Heechul en Yunho y escribir los flashback es lo que mas me gusta ^^

      gracias por comentar :D

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  4. WOW amo este fic *W* cuando leea sta cap lo comnto W* gracias x scribir nena

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  5. Omg, morí con Changmin y su desnudo artístico. Luego lo imaginé depilándose y sufriendo por eso y asdsad dios, me reía sola.

    Ahora Junsu :@@@@ why? ¿porque haces eso con Changmin? Igual me gustaría que en vez de minsu fuera YooMin -los shippea- asdasda

    Quiero saber si Yoochun intervendra en el fic.

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    1. junsu *en mi imaginacion* encajaba mas en la pareja que quería con changmin, eso y otras cosas, y yoochun esporadicamente si aparecera =)

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  6. *O* mientras mas extenso sea mejor!!!

    como fue q YunHo termino con una tipa asi?????
    q odiosa la mujer esa, si YunHo no le presta la atencion debida
    pues q lo deje y ya u.u

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    1. yo igual me le pegaría como lapa *así o mas urgida* XD nah no es cierto, yunho tiene su culpilla tmbn, si es enfadosa que la deje y ya ¬¬

      saludos ^^

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  7. Wooo asi de largo esta
    genial!!!
    me encanto el capitulo...
    Aunque la novia de Yunho
    me cae mal....
    fue genial lo de Changmin
    y su pago por el desnudo
    artistico...
    Gracias por actualizar!!!!

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  8. Acabo de encontrar tu blog ...... LO AMO
    me lei los seis caps de corrido estan geniales *-*
    mori de risa con Minie y su desnudo artistico ajajaja ya me imagino exibiendose eso.. ajaja
    Yunho le tiene mas confianza a Jae xD son tan lindos le dice a el a donde va y a su novia nada de nada xD
    me encanto

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  9. ooww que lindo.el.presente avanza lento.....y el pasado muestra como.se fueron.conociendo Yunho y Jae

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  10. Jajaja... Min quedo petrificado y asi no enseñae mas y no que le gustó posar. Yunho y Jae ahggg! Porqué terminarón su relación?...

    Gracias!!!

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  11. A veces las personas que se amaron realmente no pueden estar juntos , pero si la vida les da una oportunidad es por algo :(
    Espero que el destino de jae y yunho sea estar juntos ❤

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